Pido disculpas por tardar tanto en actualizar el blog. Es difícil mantener un nivel de calidad en las publicaciones planteando escribir cada poco tiempo, si además, el ajetreo de la vida diaria impide tener tiempo suficiente para ello.
Esta entrada es una contestación a un artículo de La Gaceta de Salamanca del 19 de Junio de 2010. El artículo, que ocupa parte de la portada y las dos primers páginas, parece sacado de otros tiempos, en los que Castel escribía contra "la tapia del manicomio".
Un artículo que muestra una ignorancia o mala fe supina de quienes lo han escrito y permitido pasar. Un artículo que muestra también qué clase de psiquiatría se practica en la Sanidad Pública salmantina (en el artículo se puede ver que los "periodistas" se pusieron en contacto con, al menos, un psiquiatra). Del artículo también se deduce que las familias no siempre buscan "lo mejor" para el "enfermo", sino más bien, muchas veces, buscan "lo mejor" para ellos, es decir, lo que más salvaguarde su tren de vida, sea este el que sea, y dentro de eso el "enfermo" esté lo mejor posible.
Por mero interés periodístico y científico, reproduciré algunos párrafos, y si alguien tiene especial interés en leerlo íntegro, lo conservaré digitalizado y en papel físico para enseñárselo a quien sea.
Y aquí viene. El texto entrecomillado y en cursiva está extraído literalmente del periódico, y a continuación viene cada contestación.
El titular de la portada:
"La falta de psiquiátricos desborda a los familiares de los enfermos."
No podemos frivolizar con la enfermedad mental. El hecho de tener a una persona con "Enfermedad Mental Grave" en la familia supone que ésta debe sufrir, al menos, un reajuste para poder adaptarse a esta realidad, para poder apoya, o convivir con la persona que realmente lo está pasando mal.
El achacar el "desborde" de las familias a que falten psiquiátricos (muchos pequeños o pocos grandes, no especifica por ahora) es una perversión, una idea que se le puede ocurrir a un chimpancé borracho en un bar hablando con otros chimpancés que usan la muletilla "si Franco" para arreglar España. En el cuerpo de la noticia, dice que "los jueces también echan el falta medidas más contundentes para controlarlos", y aquí se deja ver que es un "asunto de jueces" y no de la comunidad (que es para lo que se supone que se hizo la Reforma Psiquiátrica, para dejar en manos de los recursos comunitarios las medidas coercitivas y de control que supone el psiquiátrico. Si es asunto de jueces, será por tanto un asunto cuanto menos, de "seguridad", y por qué no, al mismo nivel que cualquier criminal, o al menos "cualquier criminal en potencia". El interior del periódico no defrauda las expectativas creadas en la portada.
Sigue la portada:
""Tenemos un homicidio", dicen unos padres sin ayuda para ingresar a su hijo en un centro."
En letra grande, es la segunda frase del artículo, que viene, sin duda de una fuente objetiva y desinteresada, el padre de un "enfermo". Luego veremos que el asunto "no es para tanto", la visión estigmatizante que tiene este hombre de su hijo, y lo que supone la patología que el niño puede tener.
Interior (titulares y a continuación, el cuerpo de la noticia):
"Los familiares de los enfermos mentales, desbordados por la falta de psiquiátricos"
Sólo pongo este redundante titular para que se vea dónde están los párrafos que siguen ahora.
El cuerpo del artículo:
"Las familias de los enfermos mentales que no están ingresados y sufren episodios de violencia se encuentran desbordadas, y sin recursos, para atender a este tipo de pacientes, como ilustra el testimonio de la página contigua, un caso donde los psiquiatras admiten que hay "riesgos de desenlace fatal""
EL periódico no especifica cuál es el porcentaje de enfermos psiquiátricos que "sufren" episodios de violencia, y es que si lo pusiera, se vería que llenar con eso dos páginas de un periódico, habiendo otras noticias, es algo totalmente injustificado.
Es cierto que los enfermos mentales, como cualquier otra persona viva puede tener episodios violentos, pero lo que no está tan demostrado es que los llamados enfermos mentales sean más violentos que cualquier otra persona "cuerda". Los estudios al respecto son contradictorios, pero encontramos que los estudios que dicen demostrar que existe relación entre enfermedad mental y violencia, pueden estar interesados en que esa relación exista, para vender algún fármaco, cambiar alguna ley (como la campaña mediática para abrir el debate del TAI, en la cual podemos enmarcar este artículo), o vender un nuevo test o batería de tests "capaces de predecir" conductas violentas,
como el caso de este artículo.
El caso es que hay otros artículos que sitúan a los enfermos mentales más como víctimas de violencia que como perpetradores, ya sea violencia física o de cualquier otro tipo. Los estudios clásicos afirman que no hay diferencia entre cuerdos y locos a la hora de cometer actos violentos. Estos estudios, supongo, no tendrían en cuenta grandes subgrupos de población "cuerda", como ejército, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, etc.
Ejemplo 2 (no estamos de acuerdo con el obligar al tratamiento a nadie, y habría que ver por qué es violenta la diferencia estadística entre la población general y la población esquizofrénica que no se medica. Habría que ver el porcentaje de población que ha sido violenta en casos de opresión al nivel que estos pacientes).
"José Luis Sánchez, ex fiscal jefe de Salamanca, explica que el problema de este tipo de familias es que, tras la supresión de los hospitales psiquiátricos, se siguen echando en falta "medidas claras y contundentes para el control de los enfermos mentales". "Y serían necesarias normas claras para someterlos a tratamiento".
¿Medidas duras y contundentes? Son enfermos, no criminales. Medidas duras y contundentes tendríamos que empezar a tomar contra la gentuza que se cree con derecho a reprimir lo diferente desde el miedo y luego se atreven a decir que es por nuestra propia seguridad.
Las medidas duras y contundentes a que se refiere, entran probablemente dentro de lo que podríamos llamar "TAI", y que, obviamente, supone un retroceso brutal en derechos, tanto de los pacientes como de la gente que somos pacientes en potencia, ya que no lo olvidemos, el estar a un lado u otro de la silla del despacho de psiquiatría es algo meramente circunstancial.
Para implementar el TAI tal y como lo quieren hacer, hay que reformar varias leyes, y las medidas pueden ser muy impopulares si no se crea cierto nivel de alarma social con esto de los enfermos. Para aplicarlas a nivel local, como sucedió en Valencia, hay que concienciar a la gente, es decir, meter miedo.
"Con los pocos recursos que tiene esta comunidad, hay listas de espera para acceder a este tipo de asistencia sanitaria".
Los pocos recursos son algo endémico en Salud Mental. Aquí y en Lima, y en Nueva York y en Barcelona. Otra cosa es que la Gaceta de Salamanca aproveche otra vez para hacer victimismos en cuanto a la dejadez del gobierno a la hora de mandar recursos a Castilla y León y más en concreto a Salamanca. Así piden infraestructuras tan poco necesarias como el AVE entre Salamanca y Madrid.
"La junta creará una fundación para asumir la tutela de este tipo de pacientes"
Aquí se plantea de qué tipo de pacientes se habla. Se supone que pacientes con enfermedad mental grave e incapacitante, pero en el periódico no especifica si esquizofrénicos, gente que ha sufrido un Traumatismo Craneoencefálico, o gente con Trastornos de Personalidad.
"Para las familias es duro incapacitar a estos enfermos, y más si son jóvenes"
Claro que es duro, sobre todo cuando no necesitan incapacitación.
En el cuerpo de este artículo: "No obstante si la patología no tiene un caracter persistente, la incapacitación resulta más complicada." Todo lo dicen ellos. Aunque plantearemos el asunto desde el otro lado, como posibles pacientes. SI se facilita la incapacitación de la gente, ¿no corremos peligro de que nos incapacite la familia cuando no quieran que hagamos algo, como gastarnos el dinero que no quieren que nos gastemos? La historia de la psiquiatría nos demuestra que el tener poder de incapacitar a una persona es tener el poder de dejar en indefensión a quien queremos quitarnos de en medio, o de quien nos queremos aprovechar. Ejemplos los tenemos en la Unión Soviética, con los diagnósticos Ad Hoc, o en la psiquiatría americana de mitad del siglo XX, donde se diagnosticaba a los "inadaptados sociales" (un adolescente comunista, por ejemplo), u hoy en día, donde hay clínicas que se aprovechan de cómo es el sistema de las compañías de seguros para incapacitar y tratar contra su voluntad y contra sus necesidades a los pobres pacientes.
"Tenemos un parricidio o un homicidio"
Este es el testimonio de unos padres sobre lo difícil que es convivir con una persona "enferma". No vamos a explicar todo el artículo, que no tiene desperdicio, pero sí que vamos a sacar unas pocas partes que destacan por lo poco serio de la redacción y del que se de crédito como si fuera algo "científico". La familia puede estar pasándolo mal, pero obviamente algo no va bien cuando se dicen estas cosas. Por otro lado, el artículo da a entender que el paciente es un enfermo mental, cuando el paciente NO es un enfermo mental (al menos según el diagnóstico que dan). El cuerpo de la noticia: "Los padres de un joven con trastorno de personalidad no encuentran ayuda para mantener bajo control a su hijo" (aquí falta la tilde de jóven que respetamos en la "noticia". Si no saben escribir "jóven", es fácil que no sepan lo que es un Trastorno de Personalidad). Un trastorno de personalidad no es una enfermedad mental. El artículo pone numerosos ejemplos de episodios violentos del hijo, como amenazas con cuchillos, etc. Vamos a ver cómo habla el padre de la "enfermedad": "A mi hijo lo mataron cuando nació. Le sacaron con fórceps y le reventaron la cabeza. No hay que ser muy médico para saber de dónde le viene el problema". Con esto, el padre demuestra, no sólo no haberse preocupado en saber qué le pasa al niño, que o está mal diagnosticado, o no le viene el mal de un nacimiento "accidentado". ¿Por qué no se ha preocupado por eso? No quiero decir que sea un mal padre, sino que a lo mejor la familia está teniendo actitudes, conscientes o inconscientes que estimulen o hayan estimulado la expresión violenta (al fin y al cabo, un trastorno de personalidad, según la "versión oficial" y todo, es un grupo de pautas de comportamiento aprendidas y que en algún momento han servido a la persona...).
Otra noticia:
"Un 33%, sin curación". (Cuerpo de la noticia:)"Un tercio de los enfermos mentales no tienen curación o se resisten a la curación, según han destacado Ginés Llorca y Alfosno Ledesma, catedráticos de psiquiatría de la Universidad de Salamanca".
"Si a los pacientes se les entrena en habilidades como sacar dinero del cajero, viajar en autobús y hacer compras, a las familias también se las respalda y prepara porque "se convierten en enfermeros y en hospitales" con el consiguiente desgaste que conlleva esta tarea"
Este párrafo se contradice en sí mismo y con la realidad.
La mayor parte de los enfermos mentales no requiere que les enseñe nadie a nada, son personas totalmente autónomas y más inteligentes, probablemente que toda la redacción que participó en escribir este artículo junta, aunque eso no es muy difícil. Lo que quiero decir es que ssalvo en casos muy específicos, que poco tienen que ver con el objetivo de este artículo, la "enfermedad mental" apenas se nota.
La familia no debe ser "enfermero y hospital", pero claro... ¿es el estado el que debe hacerse cargo de todos y cada uno de los problemas de la gente? El estado no está para eso, el estado está exactamente para lo contrario, para contener los problemas de la gente en una estructura que permita que la sociedad se deje gobernar y expoliar. Volviendo a la enfermedad mental, como llevan diciéndonos mucho tiempo ha los que entienden de ello, es LA COMUNIDAD la que puede hacerse cargo, no la familia sola, pero menos el estado.
En fin, como conclusión: Un artículo de mierda, en la línea editorial del periódico en los aspectos de criminalización de lo diferente y justificación de la represión, mezclado con la denuncia de la dejadez de las administraciones para con la ciudad, y con pinceladas de hablar con gente de la Salamanca profunda (no en vano es fácil encontrar fotos de banquetes de bodas en las páginas centrales del diario).
No vamos a pasar por el TAI, no vamos a pasar por la criminalización de la gente psiquiatrizada cuando los criminales son otros (se puede leer el artículo que enlacé como "ejemplo 3").
Hay que denunciar, aunque sea mediante este tipo de contestaciones, todos estos intentos de hacernos comulgar con ruedas de molino, a base de tópicos y manipulaciones del miedo de las personas.