domingo, 25 de septiembre de 2011

La ansiedad III

Con el Trastorno de Ansiedad Generalizada, se especifica en el DSM-IV, que la ansiedad puede versar sobre el ámbito laboral o escolar, pero no entra a valorar si es el ámbito escolar o el familiar el culpable de la existencia de la misma. Si en algún momento valoráramos esto, deberían plantearse medidas "higiénicas", es decir, de prevención, no sólo por el dinero que le supone a las arcas del Estado el medicar con ansiolíticos a, cada vez más, ciudadanos y ciudadanas. 

No vamos a entrar en el planteamiento de la prevención a nivel familiar. 
Si el trabajo tiene capacidad de producir ansiedad a un nivel suficientemente disruptivo como para considerarlo un trastorno, un trastorno que de hecho se medica con medicamentos adictivos y peligrosos, habría que considerar la higiene de este tipo de trastornos como un problema sindical, de salud laboral. Es decir, que en el momento en que se identifica un trabajo como ansiógeno, hay que identificar cuáles son los elementos que producen ansiedad para tratar de eliminarlos. Esto no es un asunto con poca importancia, ya que para la persona individual que padece un problema de este tipo, el sufrimiento y la merma en la calidad de vida son importantes (porque el hecho de que suponga un gasto para las arcas del Estado, a la redacción, le importa muy poco).
Escarbando un poco en esos problemas laborales que pueden producir ansiedad, nos encontramos, de hecho, con problemas como el mobbing, la inestabilidad laboral, la dificultad de conciliar la vida laboral con una vida más o menos digna (con o sin familia, pero sin cambios de turnos que impidan desarrollar actividades más o menos estables y de ocio), un esquema empresarial tóxico para el trabajador... Sobre el mobbing hablaremos ahora, pero el resto de "problemas", no tienen nada que ver con asuntos "individuales", sino que siempre han sido considerados asuntos "de todos", es decir, tradicionalmente sindicales. ¿Por qué tratarlo ahora con pastillas? Muy fácil, porque es la forma de mantener el sistema productivo, sin que los trabajadores se planteen alternativas al mismo. 

Sobre el mobbing, se plantea como relaciones "de acoso", ya sea de un jefe, o de un superior en la jerarquía empresarial, a un empleado, o subalterno (lo cual es simplemente una explicitación de la lucha de clases, de toda la vida, pero "saltándose" esas reglas del juego que acarrea la denominada "paz social"), de un empleado o grupo de empleados, o subalternos, al jefe, o superior (un pelín más raro, ¿no? históricamente se ha dado cuando los trabajadores y trabajadoras se han planteado colectivizar y autogestionar sus empresas), o entre iguales. ¿De veras el mobbing entre iguales no es promovido por la estructura empresarial?

Seguimos en la línea de defender que cambiando la sociedad en que vivimos, podremos eliminar muchas de las denominadas patologías que ahora mismo sufrimos, y que el mantenimiento de las mismas interesa, en cuanto, al menos, el coste de la prevención es mayor que el del tratamiento, tanto a nivel económico como social. Es decir, que nos exprimen más y mejor manteniéndonos en condiciones que propician que enfermemos.
Seguimos diciendo que el cambio es posible, pero para que exista el cambio no basta con saber que hay que cambiar cosas. Es necesaria la organización, y la lucha.

lunes, 1 de agosto de 2011

Erótica en pastillas: ¿píldora azul o rosa? (Periódico Diagonal)

http://www.diagonalperiodico.net/Erotica-en-pastillas-pildora-azul.html

Un interesante artículo sobre medicalización de la sexualidad como si fuera un factor meramente biológico, en el que se desenmascara el enfoque biologicista de la persona.
Este enfoque es incapaz por sí sólo de explicar y actuar realmente sobre la totalidad de lo que dice abarcar, ya que en el caso de la sexualidad, como dice el artículo, esta no se reduce a una serie de reacciones fisiológicas.
Lo mismo pasa, a nuestro juicio, con el resto de aspectos de la vida psíquica de las personas, como hemos venido defendiendo en este blog.
Esperamos que les sea una lectura agradable.

miércoles, 15 de junio de 2011

Psicofármacos III. Benzodiacepinas.

Las benzodiacepinas son unas drogas utilizadas como depresores del sistema nervioso central.
El nombre tan original, se debe a la estructura química de estos compuestos, que tienen un anillo de benceno (un hidrocarburo que se encuentra en sitios tan saludables como el petróleo, la gasolina, o las cenizas de un incendio forestal), que es una molécula reconocidamente cancerígena, unida a otra llamada "diacepina", que siempre tendrá 7 componentes, dependiendo de los cuales, cambia el compuesto.
Las benzodiacepinas son utilizadas por sus efectos, a saber, ansiolíticos, sedantes, hipnóticos, amnésicos, miorrelajantes y anticonvulsivos. Vamos, que se utiliza para relajar mente y cuerpo. Por su acción al nivel del sistema nervioso central, también son utilizadas para tratar el síndrome de abstinencia del alcohol.

El primer compuesto de la familia, el Clordiacepóxido, fue también uno de los primeros psicofármacos. Se comercializó con el nombre de Librium, pero el más famoso, la estrella de este baile, es el Diazepam (Valium).


Las benzodiacepinas se dividen según cuánto dura su efecto.
Las hay de acción ultra-corta (unas 6 horas), corta (12 horas), intermedia (12-24 horas), larga (más de 24 horas).

Las de acción corta se utilizan más para el insomnio, y las de duración larga para la ansiedad, aunque en realidad, acaba dependiendo de la persona que las toma y sobre todo, del criterio de quien las prescribe. 

Para no liar la madeja con datos innecesarios en esto, diremos que actúa sobre el GABA (ácido Gamma Amino-Butírico), por eso las benzodiacepinas tienen tolerancia cruzada con el alcohol y se utilizan para tratar el alcoholismo. Son agonistas de este neurotransmisor (potencian su acción).

Ahora vamos con lo bueno. Las benzodiacepinas, al ser comercializadas, fueron presentadas como medicamentos totalmente seguros, algunas de ellas libres totalmente de efectos secundarios tales como la dependencia física. Esto era obviamente una mentira. Son unos fármacos que crean una adicción brutal, y otros efectos secundarios como: ictericia, dolor de cabeza, cambios en la visión y visión borrosa, confusión, síntomas depresivos, temblores, debilidad, "efecto resaca", tolerancia cruzada con el alcohol, como ya apuntamos anteriormente, vértigo, y curiosamente "reacciones paradógicas".

Las reacciones paradógicas consisten en que en lugar de hacer efecto la medicación, en este caso un efecto relajante, se da el efecto contrario. 

A largo plazo pueden producir deterioro cognitivo, y alguno de los efectos de abandonar su uso puede ser la reducción de la ansiedad(1).

Tienen efectos a largo plazo sobre el sueño, deteriorando la calidad del mismo. Esto podría relacionarse también con un posible deterioro cognitivo (otro posible efecto a largo plazo).
La utilización de estos fármacos como forma de huir de los estados de ansiedad lleva a cronificar dichos estados, actuando, en términos conductistas (para que luego no se nos acuse de no conocer "al enemigo"), como reforzador positivo y negativo de la ansiedad, y por tanto de lo que la produce.

El uso continuado de benzodiacepinas aumenta, estadísticamente, el riesgo de cometer "conductas violentas" (2), en un 53 %, frente a un 5,3 % de los pacientes que hacían psicoterapia para lidiar con sus problemas ansiógenos. Qué mágica es la coma de los decimales a veces. 

En otros textos podremos abundar más sobre los múltiples efectos secundarios de estos fármacos milagrosos, cuyo mayor milagro ha sido la multiplicación de los dólares y los euros en los bolsillos de unos cuantos. Por ahora invitamos a los lectores a aportar sus experiencias, tanto positivas como negativas, en los comentarios de esta entrada, por correo electrónico, o como les venga en gana.



(1) Galanter, Marc (2008). The American Psychiatric Publishing Textbook of Substance Abuse Treatment (American Psychiatric Press Textbook of Substance Abuse Treatment) (4 edición). American Psychiatric Publishing, Inc.

(2) Mathew VM; Dursun SM, Reveley MA (February 2000). «Increased Aggressive, Violent, and Impulsive Behaviour in Patients During Chronic-Prolonged Benzodiazepine Use». Can J Psychiatry (BCNC) 45 (1):  pp. 89–90.

lunes, 2 de mayo de 2011

Jornadas: Una visión crítica sobre Salud y Enfermedad Mental

de: http://ciclosaludmental.blogspot.com/


"Estas jornadas pretenden ser una puesta en común de conocimientos y generar un debate que creemos necesario en torno al tema de la salud mental.

El Sistema de Salud Mental determina y presenta como única salida al dolor psíquico el diagnóstico, la terapia conductual, la medicación y el encierro; este tratamiento se basa en las teorías biologicistas, que sin ser demostradas, pretenden individualizar el sufrimiento y concebirlo como un problema orgánico y fisiológico. Bajo estos términos funciona el concepto de enfermedad mental, un concepto que niega la posibilidad de abordar el sufrimiento psíquico desde una perspectiva social y colectiva que se de más allá del control y de la patologización de la anormalidad. Precisamente la pérdida del control sobre nuestras vidas, de la autonomía, es la mayor fuente de sufrimiento en la sociedad actual. Con este modelo se niega cualquier proceso terapéutico, ya que se fundamenta en despojar a las personas de la toma de decisiones, en la cronificación de los problemas y en la medicación, suponiendo una gran fuente de ingresos tanto para diferentes fundaciones y empresas como para las farmaceúticas, que con la venta de psicofármacos se sitúa, después del negocio armamentístico, como gran potencia económica mundial. Apenas existen recursos que se alejen de estas dinámicas mercantiles ya que la única finalidad es sacar rentabilidad del sufrimiento, así vemos como comunidades terapéuticas y centros de protección de menores son lugares de encierro con altas fuentes de ingresos y en ningún caso terapéuticos.
Frente a esto nos hemos visto faltos de alternativas para abordar el sufrimiento psíquico desde otras perspectivas ya que, aún contando con diferentes corrientes que trabajan esta problemática de una forma más humana, no están al alcance económico de todo el mundo. Vemos imprescindible que las diferentes herramientas sean puestas en común y que sepamos con qué abanico de posibilidades contamos para afrontar estos problemas, además de construir una visión crítica con respecto a lo que dicta la visión oficial sobre salud y enfermedad mental.
Desde nuestra perspectiva la salud mental está ligada a un cambio social, a la lucha contra la autoridad y mercancía, porque lo que deteriora nuestras relaciones debe ser enfrentado. Por ello apostamos por la autoorganización, la solidaridad y el apoyo mutuo para trabajar en favor de la revolución social.
Invitamos a todas las personas interesadas, ya sean profesionales, afectados o personas cercanas a éstos a que acudan a este evento donde se pondrán sobre la mesa y se debatirán todas estas cuestiones."

Viernes 13 de Mayo

*18:00h. Charla: "La psiquiatrización de la vida cotidiana"  
El proceso de psiquiatrización se ha acentuado en los últimos años hasta grados inverosímiles. El sufrimiento real que supone el malestar urbano, las relaciones de provecho y los duelos de la vida cotidiana son etiquetados hoy como "trastornos mentales". Pero los esquemas con que se transforma ese caos quejumbroso en trastorno psiquiátrico es nuevo.

Ponente: Guillermo Rendueles; psiquiatra y ensayista.

Sábado 14 de Mayo

*12:00h. Charla:
"Escuelas de psicoterapia" 
El mundo de la psicoterapia está poblado de distintos profesionales y también de distintas escuelas o modelos con diferentes maneras de entender y abordar los problemas de salud mental. En esta charla intentaremos aclarar estas cuestiones y mostrar a grandes rasgos las distintas alternativas que podemos encontrar si decidimos pedir ayuda profesional en este campo.

Ponente: Jose Luis Romero Cuadra, filósofo y psicoterapeuta.
 
*18:00h. Charla:
"Posibles actuaciones de apoyo frente al sufrimiento psíquico"
El taller consistiría en explicar brevemente una de las posibles formas de utilizar el modelo teórico estratégico de terapia breve, también llamado terapia centrada en el problema para luego exponer algunas técnicas que pueden ser útiles para el acompañamiento de personas con algún sufrimiento psíquico.


Ponente: Yolanda Nievas, terapeuta.

Domingo 15 de Mayo

*18:00h.
Charla: "Multinacional farmaceútica y salud mental"
En la década de los años setenta se produjo un espectacular auge de la demanda psiquiátrica, que aún no ha cesado. Era y es imparable la tendencia a psicologizar y psiquiatrizar el sufrimiento que genera la creciente dificultar de vivir, el miedo al fracaso, la imposibilidad de amar y ser amado, la soledad, el desarraigo, etc.. Se ha bajado el umbral para el diagnóstico de la enfermedad psíquica, llegando a ser en muchos casos una simple variante de la normalidad. El psicoanálisis está siendo marginado, y la psiquiatría tiende a ofrecer cada vez más los infinitos psicofármacos que las multinacionales ponen en sus manos. Esas multinacionales seducen a los médicos, para que receten sus productos, y obtienen pingües beneficios. Y así la psiquiatría avanza, y sin embargo cada vez hay más enfermos psíquicos….
Ponente: Enrique Gonzalez Duro, psiquiatra y escritor.




Las jornadas se realizarán en:

C.B.A. El Colegio
C/Eugenio Serrano 18, Getafe, Madrid.
[Metro/ Renfe] Getafe central 



domingo, 10 de abril de 2011

Psicofármacos. La Publicidad.

Os pongo un enlace a una página en que he encontrado, con una buena música, una serie de carteles de publicidad de psicofármacos. Publicidad americana, y la mayor parte de ella, viejuna. No deja de ser interesante.
La página está en Inglés, pero ver los carteles merece la pena.

http://www.practiceofmadness.com/2010/03/psychiatric-drugs-a-history-in-ads/


Cada cual después que llegue a sus conclusiones.

lunes, 14 de febrero de 2011

La Ansiedad II

Continuamos con la ansiedad.
Una vez que hemos visto, más o menos, las raíces del problema, vamos a intentar dar unas pinceladas sobre las consecuencias de la misma, a veces coincidiremos con "la versión oficial", otras no tanto (aunque el vocabulario que usaremos será más o menos "standard").
Se puede decir que la ansiedad, en el sufrimiento psíquico, está presente, de alguna forma, casi siempre.
Es muy común, que al percibir una persona que "le pasa algo", el nivel de ansiedad suba. Sobre todo por el hecho de que ese "algo", suele ser una amenaza incontrolable, una amenaza que en lo mental, no suele ceñirse a un mero "bienestar" sino que muchas veces pende como una espada de Damocles sobre la propia identidad de la persona, es decir, sobre integridad de la propia persona.
Pero esa ansiedad como "efecto", no nos interesa tanto como la ansiedad como "causa", aunque ya en el papel secundario de efecto produce, exacerba y mantiene diferentes problemas asociados y no asociados con el problema original.
La ansiedad como causa, produce muchos y muy variados problemas, que van desde lo más obvio, los denominados "trastornos de ansiedad", hasta cosas tan polémicas como lo que los doctores llaman "brote psicótico" o "esquizofrenia".
Algún estudiante de Psicología ha discutido esto, pero es que si entendemos que un pico de ansiedad puede ser un factor precipitante de un brote, la ansiedad ahí tiene el papel de "causa", igual que tiene ese papel un resfriado en una persona predispuesta a la hora de causar una neumonía.
No hablaremos en este momento de los diferentes trastornos concretos en su relación con la ansiedad, ya que eso será objeto de otro texto, entrada o artículo, sino más bien vamos a intentar ver cómo la ansiedad ayuda a precipitar diferentes patologías.

Como vimos antes, la ansiedad es una respuesta del organismo a situaciones amenazantes, más o menos difusas, que conlleva una activación del cuerpo y de las facultades mentales para resolver la amenaza. 
Las diferentes respuestas fisiológicas son necesarias en diferentes momentos, efectivamente cuando existen problemas, o la difusa posibilidad de que existan, para poder adelantarnos a los mismos. El problema en el cuerpo se da cuando esas respuestas se mantienen durante mucho tiempo, o se dan tan a menudo que es como si se mantuvieran. El cuerpo no está preparado para estar "a tope" siempre.
Lo mismo pasa con la mente. Es más, una ansiedad muy elevada, durante mucho tiempo, no sólo no nos ayuda a resolver problemas, sino que acaba creándonos más.
Una activación exagerada, a nivel corporal, causa "síntomas somáticos", como cambios en el sistema circulatorio, una activación neuromuscular más fácil, y cambios también en el sistema respiratorio, endocrino... cosas concretas como hormigueos, espasmos, fasciculaciones, palpitaciones, taquicardias, desarreglos hormonales, etc.
A nivel mental, si es que realmente se puede hacer una distinción entre "mental" y "somático" (con esto pretendemos decir rotundamente que esa distinción NO existe), el estar utilizando todos los recursos disponibles, hace que después de un tiempo en esta situación de la sensación de que esos recursos se van agotando, llegando el "bajón", es decir, que después de un tiempo de estrés exacerbado, llega un periodo aparentemente depresivo, que no es sino de agotamiento. Puede llegar la indefensión y sentimientos de desesperanza.
Pero no sólo eso, sino que en periodos de activación máxima, se pueden dar "síntomas disociativos", como desrealización y despersonalización, con la sensación de "estar volviéndote loco" que conllevan, que a su vez ayuda a aumentar esa ansiedad. Asimismo, existe una asociación entre síntomas denominados psicóticos y ansiedad (esto se ve claro en trastornos como el TEP, hago esta puntualización porque parece que hay dogmas de fe en la psiquiatría, que como los que nos da la Iglesia, chocan frontalmente con las observaciones empíricas que podemos hacer).
Por tanto, la ansiedad, que para muchos psicólogos y psiquiatras es la "hermana pequeña" del sufrimiento psíquico, es realmente la madre de muchos de ellos. Teniendo en cuenta lo escrito anteriormente, y con esta nueva información, podemos prever qué es lo que pasa en la relación de la ansiedad con las diferentes formas de sufrimiento biopsicosocial.

Como siempre, agradeceré los diferentes comentarios y aportaciones de todo el mundo.

sábado, 8 de enero de 2011

La Ansiedad I

Ya que por razones personales se está retrasando el próximo número de La Nave de Los Locos, y dado que a nuestro juicio este es un tema importante, vamos a publicar por este medio un adelanto, en la línea que estamos preparando en la revista. Así además, podéis, queridos lectores, hacer aportaciones, quejaros y decirnos qué creéis que debería estar reflejado y no lo está o viceversa.

Como es un tema tan amplio, en primer lugar vamos a abordarlo de forma difusa, en general. ¿Qué es la ansiedad? ¿Por qué la sufrimos?

Estas preguntas son las primeras que suele responder un psicólogo cuando a su consulta acude un paciente con algún problema de ansiedad. Pues bien, la ansiedad es una respuesta del organismo, de tu cuerpo, a situaciones potencialmente amenazantes. Tu Sistema Nervioso reacciona aumentando tu activación (libera adrenalina, dopamina y otras catecolaminas, que son neurotransmisores. Este dato será luego importante). 

Distinguimos "Ansiedad" de "Activación" (en lenguaje técnico de psicólogo la activación se llama "arousal"), atribuyendo a la ansiedad unas connotaciones negativas, de respuesta a una amenaza, pero una amenaza más difusa en el futuro que con el miedo (sería la diferencia entre tener que huir de un león y tener que dormir al aire libre en la sabana africana al alcance de unos leones que aún no hemos visto).

Existen muchos tipos de ansiedad, que provienen de distintos tipos de miedo, desde una ansiedad ante situaciones en que somos evaluados, hasta una ansiedad cada vez que tratamos de salir a la calle, ansiedad ante diferentes tipos de situaciones, cosas, personas... 

Algunos psicólogos argumentan que la ansiedad a niveles "aceptables" (que no generen un excesivo malestar) es necesaria, ya que la necesitamos para poder responder a las demandas de las situaciones a diario., por ejemplo, si nos toca ir a la sabana, y tenemos que huir de un león, estar tranquilo es una desventaja (y estas palabras, las ha oído de boca de algún psicólogo quien escribe el texto) Y aquí está el quid de la cuestión:
En primer lugar, estamos en un lugar y momento concretos, en que la ansiedad no se produce por temor a que algún animal salvaje nos pueda devorar. Más bien, nuestros temores más ansiógenos se deben a "cosas" que nos aporta nuestra joyita de sociedad. 

Con la psicología, más concretamente su vertiente cognitivo-conductual, se individualiza el fenómeno de la ansiedad. Aunque en un análisis funcional de conducta (que resumiendo mucho, es una tabla en la que se refleja "la conducta problema" con antecedentes y consecuentes) pueda reflejar esos factores sociales, es la persona quien responde generando y manteniendo el problema. 

Desde aquí planteamos que la ansiedad es un fenómeno social, un fenómeno de nuestra sociedad. Obviamente la parte fisiológica, y algunos de sus correlatos cognitivos son, más o menos, comunes a todos los seres humanos. Nuestro planteamiento es que la forma de afrontar los problemas de nuestra sociedad capitalista es cualitativamente distinta de cualquiera que ha habido en cualquier organización social a lo largo de la historia. Por primera vez, los problemas de una persona, no tienen nada que ver con los problemas del grupo, si no generan problemas al grupo (y en la medida que los genera, los problemas de la persona son los problemas que tiene el grupo, y no al revés).

Vamos a explicar esto que parece un juego de palabras barato. 
Cuando alguien tiene problemas, fuente de ansiedad, por ejemplo, laborales, lo último que se le ocurre es pensar que sus problemas son algo colectivo, que proviene de una estructura social, y no de su relación personal con el mundo. Esto lo ven también sus compañeros, por lo que de poco le sirve a un trabajador ser la única persona concienciada de su empresa, pues con poca gente va a poder, al menos, hablar de los problemas comunes en términos más allá de sus relaciones individuales. Si por algún alineamiento de planetas, además de algo de propaganda sindical, algunos trabajadores se ponen en huelga (por decir algo, pero las mismas reacciones se pueden ver ante un piquete o una octavilla), generan problemas, y son los problemas que generan, los problemas que tiene el grupo, la empresa o la sociedad, con esos trabajadores. 

Este esquema se da a nivel social-laboral, pero se da incluso a nivel familiar. Si una persona tiene algún "problema mental", vamos a poner el ejemplo que menos puede apoyar lo que afirmamos aquí: Una depresión. sea lo que sea esto. La depresión, lo que la causa, es un problema de la persona deprimida, no de toda la familia. Cuando la depresión se descontrola y compromete el "funcionamiento familiar" aquí se convierte, en la medida en que es capaz de interferir, en un problema familiar.

Con este esquema, es imposible tratar de afrontar los problemas de forma colectiva, y así la ansiedad, una reacción a las amenazas del medio, es un problema individual -e intransferible-, aunque estemos rodeados de gente con la misma ansiedad.
Esto no sólo cronifica el problema, sino que ayuda a que entremos en unas dinámicas que acaban dejándonos indefensos ante las fuerzas capaces de generarnos la ansiedad y el miedo. La gente que se siente indefensa no gasta recursos de manera inútil en luchar para mejorar su situación, sino que se pliega y se deja hacer, esperando que pasen los chaparrones cuanto antes. ¿Nos suena esto de algo?

Como este artículo pretende ser un adelanto, no vamos a profundizar más, por ahora, en esto, ni extendernos mucho hablando de diferentes formas y trastornos derivados de la ansiedad. Lo dicho, si tenéis sugerencias, dudas o quejas, serán bienvenidas.